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Dean Reed, el "Elvis rojo"




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Dean Reed, el "Elvis rojo"

La historia de Dean Reed es una triste tragedia pero tambie'n un viaje fanta'stico, una aventura extraordinaria en un tiempo y en un lugar que, aunque pro'ximos en la geografi'a y en la historia, son hoy tan remotos para las nuevas generaciones que es como si nunca hubieran existido.

Su paso por Hollywood fue efi'mero pero lo suficientemente significativo para que aprendiese a actuar frente a las ca'maras, lo calificara como una "casa de putas" y conociera al hombre que ma's profundamente le influenciari'a en su vida. Nunca fue una "estrella" de Hollywood, entre otras cosas porque se nego' a serlo, pero nunca fue otra cosa que una "estrella" de Hollywood para sus legiones de admiradores en Sudame'rica, Europa y, sobre todo, la Unio'n Sovie'tica donde fue ma's popular que Elvis Presley y tanto como los Beatles. Pero no so'lo una "estrella" de Hollywood, sino algo ma's, mucho ma's, de hecho por cuanto este hombre hermoso de dorada cabellera, perfectos dientes blancos, sonrisa generosa y ojos azuli'simos era alguien muy especial, alguien a quien le interesaba la paz social, la justicia y el amor (eran los primeros an~os 60), ma's que ninguna otra cosa... quiza's exceptuando el e'xito, la fama, los aplausos que, dijo muchas veces, "son como una droga, los necesito".

Se enfrento' a las dictaduras, al gobierno de su propio pai's y fue encarcelado en cinco de esos pai'ses incluido el propio. Lleno' estadios con capacidad para decenas de miles de personas en 32 pai'ses, canto' para Noriega, Arafat y los pueblos originarios de Chile. Canto' en Cuba y en Tashkent. Y escribio', dirigio' y protagonizo' varias peli'culas, desde "spaghetti-westerns" hasta dramas antiamericanos rodados en Rumania. Cuando el rock'n'roll estaba prohibido en Rusia, e'l lo llevo' a una juventud sedienta que pagaba fortunas en el mercado negro por mali'simas copias de copias en casete de los discos de los Beatles. Para millones era un idealista muy ingenuo y para otros un mediocre que se aprovechaba de las circunstancias poli'ticas para obtener un triunfo que en ninguna otra parte hubiera conseguido nunca y por el que estaba dispuesto a pagar el precio de ser considerado un traidor a su pai's. Para la mayori'a era un i'dolo guapo y bueno que no dudaba en defender su idealismo aun a costa de poner en peligro no so'lo su carrera sino su vida. Fuese lo uno o lo otro, o un poco de todo, su experiencia vital fue, por encima de todo, una fascinante aventura.

De Colorado a Hollywood

Dean Cyril Reed nacio' el 22 de septiembre de 1938 en el pueblo de Wheat Ridge, "la capital mundial de los claveles", segu'n la inscripcio'n a la entrada del pueblo situado a pocos kilo'metros de Denver, en el estado de Colorado, muy cerca de las esple'ndidas Montan~as Rocosas. Durante sus an~os juveniles Dean aprendio' a tocar la guitarra y como le gustaba cantar lo haci'a cada vez que se presentaba una oportunidad. Habiendo llegado incluso a hacerlo ante un pu'blico local con cierto e'xito, muchos de sus amigos le aconsejaron que se fuera a Hollywood donde probablemente no tardari'a en encontrar trabajo grabando discos y actuando en peli'culas y en televisio'n. Su padre se oponi'a a ello, pues queri'a que estudiase una carrera "como sus hermanos". Dean teni'a dos hermanos y su padre siempre se los poni'a como ejemplo, aunque uno de ellos era ma's pequen~o que e'l, porque ellos iban a estudiar carreras y "llegar a algo", mientras que e'l no conseguiri'a nada persiguiendo suen~os fanta'sticos.

Pero si algo era Dean Reed era un son~ador y por ello se decidio' a hacer el viaje e intentarlo. Teni'a 20 an~os y con muy poco ma's que lo puesto y un descapotable muy usado que le habi'an comprado para su 18 cumplean~os, el joven Dean Reed se fue a Hollywood. En el camino, recogio' a un autoestopista que le dijo que si le daba algo de ropa y le pagaba la pensio'n por una noche le dari'a un contacto que le seri'a muy u'til cuando llegara a Hollywood. Dean era tan ingenuo que se lo creyo' y le dio al desconocido su u'nico par de pantalones vaqueros extra y le pago' la pensio'n. El contacto que le dio el vagabundo resulto' ser no so'lo fiable sino que correspondio' a uno de los ejecutivos de la casa de discos Capitol, que muy pronto le contrato' para que grabara con ellos su primer disco.

La belleza fi'sica de Dean Reed y su afable sonrisa sin duda eran la tarjeta de presentacio'n ido'nea en el Hollywood de los u'ltimos an~os 50 y Dean no tardo' en encontrar un agente y en ser contratado por la Warner Brothers para su Escuela de Estrellas. En esta escuela, las futuras estrellas de las pantallas se formaban baja la direccio'n de Paton Price mientras ganaban experiencia haciendo papelitos de extra o extra "con frase" en peli'culas y series de televisio'n. Tambie'n servi'an como elementos decorativos cuando personajes importantes visitaban el estudio o debi'an acompan~ar a otras futuras estrellas en estrenos y celebraciones sociales. Adema's de ensen~arles a actuar, hacer esgrima y lucir su palmito, el estudio les pagaba lo suficiente para vivir decentemente hasta que les llegara su gran oportunidad.

A Dean le llegari'a muy pronto, pero e'l la rechazari'a debido a sus convicciones poli'ticas alimentadas por Paton Price, que teni'a una bien ganada fama de pacifista bastante radical, si bien no lo suficiente como para que le crease problemas de empleo. Price era un hombre de gran intensidad que ejerci'a una enorme influencia sobre sus alumnos, tanto en la escuela como fuera de ella, y el idealista Dean Reed era ma's que sensible a esa influencia que se complementaba con sus sentimientos naturales de justicia e igualdad. Y anti violencia. Su posicio'n al respecto le llevo' a rechazar la posibilidad de protagonizar una serie de televisio'n del ge'nero del Oeste de las que tanto proliferaban en la televisio'n de la e'poca, porque se negaba a llevar un arma encima en la pantalla. Dean Reed, pese a que su posicio'n era ma's que precaria en esos comienzos, no estaba dispuesto a hacer concesiones con respecto a su ideologi'a.

En las clases de la Warner, Dean estudio' al lado de los Everly Brothers, Jean Seberg y Don Murray, entre otros famosos, y en las oficinas de su agente conocio' a una bella secretaria llamada Patty con la que pronto estableceri'a un romance que acabari'a en boda poco despue's. Pese a ello, Dean no estaba contento en Hollywood y por ello cuando le dijeron que una de las canciones de su primer disco, "My Summer Romance" era nu'mero uno en Chile, no se lo penso' dos veces y sin decir nada a nadie se fue a Santiago, paga'ndose su propio billete de avio'n, a ver de cerca el e'xito que tan desesperadamente deseaba. Era a finales de 1961, apenas tres an~os desde que se fue de White Ridge en busca de la fama. Ahora, siquiera en este pequen~o y remoto pai's del Cono Sur, era al menos conocido. De hecho habi'a batido en popularidad al mismi'simo Elvis Presley en una encuesta de una cadena de radio. Dean Reed teni'a que ver aquello en persona. Pero cuando llego' a Santiago, Reed no estaba preparado para lo que le esperaba: Miles, varios miles de jovencitas esperaban gritando su nombre a las afueras de su hotel a la man~ana siguiente de su llegada. Cuando salio' a la calle se le echaron encima gritando y e'l apenas tuvo tiempo de meterse en el coche que habri'a de llevarle a la emisora. Dean Reed habi'a probado lo que e'l considerari'a tan adictivo como una droga que descubrio' necesitaba y ya nunca seri'a el mismo.

Tampoco estaba Dean preparado para las muestras de animosidad contra su condicio'n de ciudadano norteamericano que presenciaba en todo momento. O las pintadas con "Yankee go home" en las paredes. Dean descubre la poli'tica y es una nueva droga sin la que ya no podra' vivir. Decide ser el americano bueno que pide a su audiencia que escriba al presidente Kennedy para que prohi'ba las armas nucleares. La izquierda intelectual de los Vi'ctor Jara y Pablo Neruda le abre los brazos de par en par porque Dean llena estadios y enardece a las multitudes con sus versiones de temas de Joan Baez y levantando el pun~o gritando "?Venceremos!". Esta nueva realidad, donde no so'lo es una estrella para las multitudes sino en la que puede expresar su ma's exaltado idealismo poli'tico-social, es un mundo mucho ma's atractivo para Dean que el Hollywood "casa de putas" que ha dejado atra's. Nunca volvera'.

De Sudame'rica a Rusia

Es un cantante mediocre pero es americano y puede cantar rock, cosa que enardece a la juventud. Y sobre todo es guapo, muy guapo. Y las adolescentes de toda Sudame'rica se le entregan sin reservas y con notable agresividad, mientras que los varones le aceptan por sus convicciones poli'ticas que le llevan a denunciar presiones por parte de su gobierno para que deje de apoyar causas contrarias a la poli'tica exterior, como atentados contra su libertad de expresio'n. Dean esta' lanzado y apoya todas las causas izquierdistas, desde las condiciones de los indios amazo'nicos hasta el re'gimen castrista en Cuba. Pronto se instala en Buenos Aires junto a Patty, donde tiene su propio programa de televisio'n y coprotagoniza la peli'cula "Mi primera novia", donde Evangelina Salazar le prefiere al entonces su'per i'dolo gaucho Palito Ortega. Pero sus actividades poli'ticas empiezan a crearle serios problemas con la violenta ultraderecha argentina que le amenaza constantemente. Su vida puede estar corriendo peligro, pero eso es algo que a Dean nunca le habi'a preocupado lo suficiente como para impedir la defensa de sus ideales en cualquier lugar del planeta. Con la llegada del re'gimen militar, Dean es deportado y se traslada a Madrid, donde vive por algu'n tiempo. Desde alli' Dean viaja a Helsinki y participa, como miembro de la delegacio'n argentina, en el Congreso Mundial de la Paz en 1965. Pablo Neruda estaba entre los ponentes y Dean Reed asisti'a simplemente como observador, pero la ausencia de Bertrand Russell, que mando' un representante en su lugar, cuya ponencia fue contestada con abucheos por parte de varias delegaciones, provoco' un alboroto inesperado que Dean aprovecho' para subirse al escenario con su guitarra y ponerse a cantar. Aquella audiencia era muy distinta de los estadios de Sudame'rica donde las nin~as histe'ricas le lanzaban todo tipo de regalos al escenario. Esta gente no entendi'a que' pintaba este ti'o cantando en medio de la bronca general en el auditorio y le escrutaban con curiosidad y humor. Pero Dean estaba decidido a hacer de aquella reunio'n una celebracio'n, no un enfrentamiento y tras una primera balada, canto' "We Shall Overcome" pidiendo a todos los delegados que cantasen a coro con e'l y que unieran sus manos. Aquello era demasiado y los delegados confundidos se miraban unos a otros sin saber que' hacer. Dean segui'a insistiendo y hasta se bajo' del escenario para fi'sicamente unir las manos de los delegados mientras instaba a todos los dema's a hacer lo mismo. Finalmente, todo el auditorio, con las manos cogidas, coreo' la cancio'n. Y otras que siguieron. Dean Reed estaba eufo'rico: aquello suponi'a ma's para e'l que ninguno de sus e'xitos multitudinarios en Latinoame'rica. No sabi'a entonces que aquello iba a cambiar su vida para siempre.

Uno de los delegados en la Conferencia, Nikolai Pastujov, que era el presidente de la Komsomol (Unio'n de Jo'venes Comunistas) vio en este americano "bueno" toda una promesa. La juventud rusa de la e'poca habi'a descubierto a los Beatles y clamaba por especta'culos de rock como los que escuchaban en casetes piratas de bandas americanas, lo'gicamente prohibidas en la Unio'n Sovie'tica. Para Pastujov este Dean Reed era como una loteri'a ya que adema's de ser americano y simpatizante con las ideas socialistas, sabi'a cantar algo parecido al rock'n'roll. Los jo'venes comunistas de la Rusia de los 60 iban a come'rselo vivo y el lleva'rselo a Moscu' iba a suponer sin duda subir peldan~os en el escalafo'n del partido para Pastujov. Dean Reed ni siquiera lo penso' cuando Pastujov le ofrecio' que fuera a Moscu' con e'l. Indudablemente era su destino.

El Elvis rojo

Sus triunfos en Rusia le convertiri'an en una verdadera leyenda viviente para una juventud que abri'a sus brazos a todo lo que viniese de fuera, desde los "spaghetti-westerns" a la mu'sica aunque fuera de mediocres artistas espan~oles o de cualquier otro pai's europeo. Lo que esa juventud queri'a, por encima de todo, era a los Beatles y a los rockeros americanos, pero no podi'a tener ni a unos ni a otros y se teni'a que conformar con cualquier cosa de fuera que les llegara. Las jo'venes no so'lo rusas sino de todo el bloque oriental se insinuaban sin reparo alguno a cuantos artistas extranjeros visitaban sus pai'ses, ya fuera un feo cantante con gafas de concha pero muy buena voz o un gordo y viejo actor popular por sus papeles mejicanos en "westerns" rodados en Almeri'a. En ese ambiente, el a'ngel rubio de hermosa sonrisa, pantalones ajustados y son~adores ojos azules que adema's de ser americano de verdad cantaba rock'n'roll era mucho ma's de lo que ninguna de esas jo'venes hubiera podido esperar nunca. El triunfo alcanzo' niveles que el propio Dean Reed nunca hubiera podido imaginar. Estadios con ma's de 60 mil admiradoras y admiradores gritando a pleno pulmo'n eran la norma, no la excepcio'n. Sus discos se venderi'an inmediatamente en cantidades nunca antes alcanzadas en los pai'ses del bloque sovie'tico. Dean Reed era el "Elvis Presley rojo" y el Partido Comunista sovie'tico le utilizaba a placer en su propaganda, cosa que a Reed no le importaba porque su ideologi'a era definitivamente marxista y se identificaba con un re'gimen que le trataba con mucho cuidado y que evidentemente no le permiti'a ver de cerca el lado corrupto del sistema y de la sociedad y le permiti'a adema's hacer lo que quisiera con absoluta libertad.

Antes de instalarse definitivamente en el Berli'n Oriental, Dean vivio' en Espan~a, donde quiso sacar provecho de su conocimiento del idioma para abrirse camino en el cine y en la mu'sica, pero la Espan~a de la u'ltima e'poca de Franco no era el lugar ma's propicio para acoger a un socialista radical de ideas revolucionarias como Reed. En Espan~a, adema's, la mu'sica americana, lo mejor del rock, dominaba las listas de e'xitos y la mu'sica de Dean no estaba a esa altura, ni mucho menos.

Su casa de discos hizo un ti'mido esfuerzo por "lanzarle", pero so'lo consiguio' que algunas publicaciones le dieran destacado espacio no por su mu'sica, sino por su parecido fi'sico con el protagonista de "El Santo", a la sazo'n la serie de televisio'n ma's popular en todo el pai's.

Dean Reed teni'a un notable parecido con Roger Moore y ello sirvio' para justificar esas publicaciones que, pese a ello, no consiguieron que el mundo de la mu'sica mostrara intere's alguno por la mediocre y convencional mu'sica de Reed que, sin embargo, lograri'a interesar a los productores de Esplugas de Llobregat (Barcelona), quienes le contrari'an para coprotagonizar un par de "spaghetti-westerns" baratos, en coproduccio'n con Italia, con los que esperaban emular los e'xitos que estaban alcanzando los de Sergio Leone que protagonizaba Clint Eastwood.

Dean habi'a hecho su debut en el cine con una peli'cula mexicana, "Guadalajara en verano", en 1964, y protagonizado su primer "spaghetti western" en 1967 en Roma (titulado "Dios los cri'a... y yo los mato"). Seguiri'a una parodia de "El Zorro" protagonizada por el popular du'o co'mico formado por Franco Franchi y Ciccio Ingrasia.

No era exactamente material de ma'xima calidad y la carrera como actor de Dean Reed pareci'a destinada a convertirle en uno ma's de los muchos americanos autoexiliados en Roma que habi'an pasado de los peli'culas de mu'sculos y sandalias protagonizadas por Steve Reeves y su secuela de imitadores, a los "spaghetti-westerns" que se consumi'an con voracidad en todo el mundo, menos en los EU, en esos an~os al rebufo del e'xito de la trilogi'a de Leone-Eastwood.

Pero era trabajo y eran do'lares que era lo u'nico que Reed no podi'a conseguir (o muy escasamente) en Rusia donde lo podi'a conseguir casi todo, por lo que durante an~os continuo' haciendo peli'culas con ti'tulos tan "prometedores" como "Winchester no perdona", "La muerte llama dos veces", "La banda de los tres crisantemos", "Veinte pasos para la muerte", "Los corsarios", "Adio's Sabata", "El pistolero ciego", "Besos para ella, pun~etazos para ellos" y "La ley del karate en el Oeste".

Son las coproducciones al uso habitualmente entre Espan~a, Italia y las dos Alemanias (por separado, por supuesto), y en ellas Reed aprende la te'cnica de la direccio'n y gana experiencia frente a las ca'maras, las suficientes, al menos en su nada humilde opinio'n, para atreverse con sus propios proyectos para los que tiene varias ideas y que no tiene problema alguno para encontrar financiacio'n al lado Este del Muro de Berli'n.

Primero trabaja en una serie de televisio'n y en las peli'culas "Aus dem Leben eunes Taugenitchts" y "Kit & Co.", segu'n una novela de Jack London, y luego en "Blutsbruder", donde adema's de protagonista es coguionista. Finalmente escribe, dirige y protagoniza "El Cantor", para la televisio'n, su personal homenaje al malogrado Vi'ctor Jara, uno de sus he'roes ma's admirados.

La peli'cula es muy mediocre y risible incluso a veces, pero es propaganda poli'tica muy efectiva y el estatus de Dean con el aparato poli'tico del bloque sovie'tico alcanza su mejor momento.

Dean vivi'a la vida de constante aventura y permanente adoracio'n pu'blica que siempre habi'a son~ado, cantando en estadios a rebosar en cualquier pai's y haciendo de sus actuaciones manifestaciones poli'ticas. Siempre apareci'a rodeado de fuerzas de seguridad que unas veces le protegi'an de las admiradoras ma's atrevidas y otras le deteni'an para encarcelarlo, como ocurrio' en Argentina cuando pretendio' volver, entrando en el pai's a trave's de la frontera con Uruguay. O en los Estados Unidos, donde fue arrestado en 1978 durante una de sus visitas y donde, pese a sus triunfos en la Ame'rica del Sur y sus enormes e'xitos en Europa, especialmente la del Este, era un absoluto desconocido para el gran pu'blico. En Bu'falo, estado de Minnesota, Dean tomo' parte en una manifestacio'n en contra de la construccio'n de una planta nuclear. Arrestado, con muchos otros manifestantes, fue encarcelado y el hecho fue noticia de primera plana tanto en Alemania del Este como en Rusia y algunos otros pai'ses. Joan Baez escribio' una carta al presidente Carter defendiendo a Dean y lo mismo hicieron Pete Seeger y el compositor Shostakovich, entre otros muchos. Finalmente el juez le ofrecio' a Dean la eleccio'n de pagar una multa de 500 do'lares o permanecer en la ca'rcel tres di'as. Dean hizo un discurso pacifista y volvio' a la ca'rcel. "El u'nico problema que tengo con ir a la ca'rcel son los homosexuales", habi'a dicho. "En Sudame'rica hay muchi'simos en las ca'rceles y son muy agresivos. Muchas veces me han hecho sentir mucho miedo".

Dean no senti'a miedo con frecuencia o si lo senti'a lo aguantaba bien, porque no dejaba de meterse en situaciones peligrosas, ya fuera en los frentes de combate en Palestina o Turqui'a o en su propio pai's donde sus ma's allegados le preveni'an de que sus extremas ideas marxistas iban a provocar que los radicales del otro lado le volaran la cabeza en cualquier momento.

El cantante del amor

"La gente pone siempre etiquetas a todo el mundo", escribio' una vez. "Yo no acepto etiquetas. En mis comienzos en Hollywood, aunque cantaba baladas y country adema's de rock, me etiquetaron como cantante de rock. En Sudame'rica, cuando fui ma's activo poli'ticamente, me llamaron cantante de protesta. El ser humano tiene muchos lados y no debe ser etiquetado. So'lo hay dos tipos de cantantes, los buenos y los malos. Y el pu'blico debe decidir a cual de esos dos grupos uno pertenece. Si me tienen que poner una etiqueta lla'menme el cantante del amor... Hay muchas clases de amor: por un nin~o, por una madre, por un paseo en el bosque, por una carrera en moto... amor roma'ntico y tambie'n el amor por los principios e ideales que rigen nuestra vida. Un artista no so'lo puede hablar de todo sino que debe hablar de todo, si es un verdadero artista. No es contradictorio cantar un di'a temas pop o rock y al siguiente canciones poli'ticas en un mi'tin solidario. Tan media verdad es cantar canciones de amor como canciones poli'ticas y uno no debe limitarse, como artista, ni limitar al pu'blico. Un cantante debe llegar al pu'blico ma's numeroso posible y con sus canciones no so'lo debe darles valor sino tambie'n entretenimiento".

?Demago'gico? Probablemente. ?Ingenuo? Notablemente. ?Idealista y genuino? Sin duda alguna. Y Dean vivio' su vida fanta'stica de acuerdo con ese credo que le llevo' a las ca'rceles de cinco pai'ses pero tambie'n a distintos niveles de gloria poli'tica y popular en otros 32, incluyendo Chile, Palestina, Nicaragua y Turqui'a donde compartio' escenarios y peligros con los soldados de las distintas rebeliones y con sus li'deres, desde los fedayines a la OLP, desde Daniel Ortega a Salvador Allende y Yasser Arafat. "No se les puede pedir a los soldados que arriesguen sus vidas por los ideales de la revolucio'n si uno mismo no esta' dispuesto a arriesgar la suya", deci'a con total conviccio'n mientras viajaba de un frente a otro con su guitarra al hombro, el pun~o en alto y su sonrisa abierta.

Y el "cantante del amor", como le hubiera gustado que le llamaran, tambie'n tuvo un intensa vida roma'ntica, como era inevitable. Su matrimonio con Patty llego' al final cuando en el festival de cine de Leipzig, en 1971, Dean conoce a la modelo Wiebke. Aunque ella estaba casada, la pareja entabla una to'rrida relacio'n amorosa que acaba en boda poco despue's de que Dean viaje a Santo Domingo, siguiendo los consejos de su amiga Jane Fonda que le dice que Santo Domingo es el lugar mas ra'pido del mundo para obtener un divorcio. Poco despue's la pareja se construye una casa al lado de un lago en Schmockwitz, un pequen~o pueblo bastante pro'ximo al Muro de Berli'n que Dean cruza con gran frecuencia para viajar a Sudame'rica, Cuba y los Estados Unidos, adema's del resto de Europa.

Con Patty tuvo una hija, Ramona, y con Wiebke otra, Natasha, pero este segundo matrimonio durari'a muy poco ya que durante el rodaje de "Kit & Co" Reed conoce a la bella actriz Renate Blume y Wiebke pasa a ser una buena amiga que, extran~amente, se mudara' solamente a unos cientos de metros de la casa que compartio' con Dean, lo cual dara' pa'bulo a los rumores de que Wiebke era Stasi (Servicio Secreto de la Alemania Oriental) y que habi'a recibido la orden de vigilar a Dean lo ma's cerca posible. Y nada ma's cerca que su casa y su cama. Cierto o no, un tercio de la poblacio'n germano oriental eran informadores de la Stasi, por lo que la hipo'tesis de que Wiebke lo era tambie'n no sorprende a nadie aunque nunca se haya confirmado tal suposicio'n.

Renate, finalmente, fue su tercera esposa y aporto' al matrimonio un hijo de una relacio'n anterior Alexander, que Dean adopto' legalmente.

El e'xito como cantante de Dean Reed en el bloque sovie'tico comienza a decaer a u'ltimos de la de'cada de los 70, cuando las nuevas generaciones muestran ma's intere's por los nuevos mu'sicos nacionales, ma's cualificados y mucho ma's representativos en sus letras de la nueva juventud que Dean. Reed se concentra ma's y ma's en la poli'tica y en el cine. Su primera peli'cula como autor, director y protagonista, "Canta, vaquero, canta" tiene un gran e'xito popular y sigue al e'xito poli'tico de "El Cantor" que hizo cuatro an~os antes para la televisio'n.

Pero la estrella de Dean esta' en evidente decadencia, su mu'sica ya no interesa a la juventud de ninguna parte y el cine, como autor, director y protagonista, es algo que requiere mucho tiempo y mucho esfuerzo, pues Dean quiere hacer algo con "cache'" internacional, una peli'cula que le de' el prestigio internacional que no le ha dado ninguna de sus aventuras fi'lmicas anteriores. En 1984 rueda una coproduccio'n germano-japonesa que no se estrena en ninguna parte salvo Japo'n y Alemania.

Al an~o siguiente, un documentalista norteamericano, Will Roberts, que le ha acompan~ado en ocasiones durante los pasados cinco an~os, en sus visitas a Chile y Cuba, entre otros pai'ses, asi' como a la Unio'n Sovie'tica, rodando material para un documental sobre su vida, presenta "Dean Reed: American Rebel", en el Festival de Denver. Reed vuelve a su pueblo natal por primera vez en ma's de 20 an~os y sus amigos hacen que la visita sea todo un acontecimiento local con prensa, radio y televisio'n presentes.

Dean Reed piensa que quiza's es el momento de volver para intentar ser profeta en su tierra, donde empieza a entrever una posibilidad. Sus postulados poli'ticos han sido ignorados por algunos aunque no por otros. Entre ellos un conocido locutor radiofo'nico local, que se enfrenta a e'l a micro'fono abierto y le echa literalmente de los estudios de la radio acusa'ndole de traidor a su patria. Pese al incidente, Dean Reed esta' decidido a volver a su pai's de forma permanente y a intentar triunfar alli'. Vuelve a Hollywood para intentar encontrar un representante mientras deja amigos en Denver estableciendo los primeros contactos para una gira por universidades americanas y la grabacio'n de un disco que quiere titular al igual que el documental de Roberts, "American Rebel". Tambie'n quiere publicar su autobiografi'a y hasta, quiza's, presentar su candidatura poli'tica. "Funciono' con Reagan", dice entonces, "?por que' no puede funcionar conmigo?".

Antes, Dean tiene un gran proyecto ya aprobado por las altas jerarqui'as sovie'ticas y germano orientales que van a financiarlo al 50%. Se trata de su visio'n de la masacre de Wounded Knee en 1978, en Dakota del Sur, durante el enfrentamiento armado entre indios y efectivos del FBI.

Dean iba a rodar en Rumania, donde lo habi'a hecho anteriormente, con gran despliegue de medios, miles de extras y con todo lujo de detalle histo'rico. Iba a ser su gran tarjeta de presentacio'n, a nivel internacional, como cineasta. Tenia 47 an~os y las cosas empezaban para e'l, una nueva vida tras mas de 20 an~os lejos de su pai's y de sus queridas Montan~as Rocosas.

Una muerte sospechosa

La noche del di'a anterior al comienzo del rodaje del film, Dean Reed desparecio' misteriosamente mientras se disponi'a a pasarla en la casa del productor de la peli'cula que vivi'a al lado del estudio. Cinco di'as despue's, el 17 de junio de 1986, su cuerpo desfigurado tras cinco di'as en el agua, aparecio' en el lago al lado de su casa. Era un lago poco profundo y Reed era un consumado nadador. Las circunstancias de la muerte eran sospechosas y la polici'a germano oriental investigo' el caso minuciosamente pero concluyo' que se habi'a tratado de un accidente porque no se descubrieron indicios de violencia ni ninguna nota po'stuma que indicase intencio'n de quitarse la vida, por lo tanto debi'a de tratarse de un accidente.

Tras su fallecimiento, todo tipo de rumores e hipo'tesis (incluyendo la inevitable en estos casos, que au'n permanece vivo y no era suyo el cada'ver rescatado del lago) han circulado en torno a la tra'gica desaparicio'n de Dean Reed. Sus amigos y familiares en Alemania aceptan la versio'n oficial, si bien algunos se inclinan por la hipo'tesis del suicidio sustentada principalmente por una supuesta nota de 17 pa'ginas escritas a mano por el propio Dean Reed, que formaba parte de su expediente en los archivos de la Stasi. Quienes han visto el documento admiten que la letra era la suya pero es posible que fuese forzado a escribirla en contra de su voluntad.

Sus amigos y familiares en Estados Unidos, desde Will Rogers a su hija Ramona y su mejor amigo Johnny Rosenburg, se negaron a aceptar el accidente o el suicidio y ofrecieron hipo'tesis variadas sobre el tra'gico desenlace. Lo cierto es que murio' ahogado en un lago poco profundo siendo un excelente atleta y consumado nadador, que pese a ser verano llevaba encima dos chaquetas y que la cartera que la polici'a germana entrego' a su hija Ramona estaba seca en su interior, algo imposible si hubiera estado sumergida cinco di'as junto al cuerpo de Dean. En cuanto a la hipo'tesis del suicidio, nadie de quienes le conocieron admite que fuera posible, con o sin nota.

Dean estaba a punto de volver a su pai's a tratar de establecer una carrera en los Estados Unidos en cuanto terminase la que iba a ser su ma's importante peli'cula y con la que esperaba su consagracio'n a nivel internacional como actor y director. Con el glasnost en pleno apogeo es impensable que Dean fuese un problema lo suficientemente serio para la KGB o la Stasi como para que lo eliminaran y la CIA o el FBI son candidatos ma's que dudosos a tener algu'n tipo de intervencio'n en su muerte. Todo ello a menos que Dean supiese cosas peligrosas, que es ma's que posible, probable. Cosas sobre Chernobyl, o la corrupcio'n descubierta an~os despue's, de los gobernantes del bloque, tanto en Moscu' como en Berli'n Oriental...

Fueran cuales fuesen las causas de su muerte, una cosa es cierta: Dean nunca renuncio' a su pasaporte americano ni a su nacionalidad. Grito' a cuantos quisieron oi'rle que no era un traidor sino un patriota y que no era la gente en Ame'rica, sino el sistema, el que estaba "enfermo". Para los extremistas fue un traidor, para otros simplemente un fraude, mediocre como mu'sico, como actor y como director. Para muchos millones de muchos pai'ses, un rebelde y valiente defensor de los ideales ma's altruistas y los principios ma's admirables de paz y justicia social. Fue, sin duda, un personaje extraordinario y su vida una experiencia tan fascinante como, al final, tra'gica.






 
 
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